Jesús nos enseña que no debemos afanarnos por nada, sin embargo muchos de nosotros lo hacemos como si fuera una alternativa y escogemos amargarnos por cosas que no valen la pena. La vida no tiene por qué ser una emergencia continua, sino que puede ser un fluir armonioso de la vida.
Dale hoy tus afanes a Él y luego reemplázalos con la Palabra de nuestro Señor.