Ya sea que lo creamos, o no, “es mejor dar que recibir”. Si nos convertimos en “dadores”, es decir en personas que dan con generosidad y alegría nos beneficiamos de dos maneras: Siempre tendremos semilla para sembrar y pan para comer, y en todas las cosas tendremos siempre todo lo suficiente y abundaremos en toda buena obra.
Tan solo debe tomar la decisión de convertirse en un dador.