Si te has sentido ansioso, cansado y agobiado, Jesús te dice hoy: “Ven a mí… y descansa.” El mandato es, haz un alto en tu duro caminar y da la vuelta. Jesús nunca envió a alguien fatigado o abrumado a trabajar. Jamás envió a alguien hambriento, agobiado, enfermo o triste a ningún tipo de servicio. Para estas personas Dios les tiene una palabra: “Vengan”.
Pero al final del día la decisión es solo tuya y de nadie más. La invitación está frente a ti, ven y descansa en sus brazos de amor.
OREMOS
Señor, vengo a Ti por el descanso que me has prometido, llena el pozo de mi vida para que pueda dar a otros también. Amén.