PROVERBIOS 30:26
El conejo no es un animal fuerte, ni veloz frente a sus depredadores, pero tiene una gran sabiduría: sabe dónde refugiarse. En su fragilidad, busca la roca, su lugar seguro. Así también nosotros debemos reconocer nuestras limitaciones y correr hacia Cristo, nuestra Roca eterna y firme. Cristo no solo nos cubre, sino que también nos da seguridad, paz y descanso. A través del versículo de hoy, el Señor nos recuerda que la debilidad no es un defecto, sino una oportunidad para depender más de Él.
Así como el conejo busca su escondite entre las rocas, aprendamos a buscar cada día nuestro refugio en Jesús.
OREMOS
Jesús, enséñame a correr hacia Ti en todo momento, y a permanecer escondido en Tu amor. Amén.
FRASE
No soy fuerte, pero mi Roca sí lo es.
