Su vieja naturaleza está en constante guerra contra el Espíritu que mora en usted. Dios quiere que disfrute de la vida, pero de la manera que le agrada a Él. Así que fije su mente en satisfacer los anhelos del Espíritu.
Su voz le elevará, edificará, guardará y guiará por la senda de la buena y perfecta voluntad de Dios.