¿Tiene algún resentimiento? Entonces sepa que se está haciendo daño a sí mismo sin razón alguna. Jesús vino, no para hacerle daño, sino para sanar sus heridas. Él le llama a que perdone a los que le han lastimado, ya que eso es una parte crucial de liberarle por completo. No siga cautivo y sea misericordioso, tal como Cristo lo fue con aquellos que le ofendieron y sea libre de la prisión.
Solo así, podrá experimentar de manera plena el verdadero y poderoso amor de Dios.