Sin lugar a dudas la herramienta más efectiva para combatir la tentación es la Palabra de Dios. Pero si no tienes memorizado algún versículo, no tienes balas en tu arma. El enemigo no tiene miedo de tu opinión, pero si de la verdad y la Palabra de Dios es la verdad absoluta.
Tú eliges todos los días que pensamientos vas a tener en tu mente.