Deja de cuestionar a Dios y confía en sus planes, porque Él no ha perdido el control de tu situación y una vez más te mostrará su protección y respaldo. En algún momento vas a poder entender que todo era necesario para aprender a depender más de Él.
Por tal razón ya no te enfoques en tu problema, enfócate en la grandeza de nuestro Señor y recuerda que tu victoria está más cerca de lo que puedes imaginarte.
OREMOS
Padre, que bueno es saber que mi victoria está únicamente en Ti. Amén.