Hay ocasiones cuando las pruebas son tan duras que solo deseamos bajar los brazos y darnos por vencido. Pero aunque tu mente se sienta confundida y tu cuerpo cansado, lo que hoy tú llamas problema, mañana lo llamaras un gran testimonio.
Así que nunca olvides que tu fe es más grande que tus miedos, que tu fuerza es mayor que tus dudas y que aunque el dolor puede ser temporal la victoria será para siempre.