Cada uno de nosotros tiene sueños, anhelos, necesidades y luchas y nos esforzamos para salir victoriosos, pero a veces nos desanimamos porque no vemos resultados. Pero hoy el Señor te dice: “Déjame subir a tu barca y vuelve a intentarlo una vez más”.
No te rindas y recuerda que tenemos al único Dios poderoso, que no conoce imposibles y que con Él de nuestro lado los resultados siempre serán extraordinarios.
OREMOS
Señor, sube a mi barca y ayúdame para seguir perseverando e intentándolo una vez más. Amén.