A todos nos alienta tener un líder que nos motive a seguir adelante, alguien que crea que podemos llevar a cabo la tarea que nos ha encomendado y que estará con nosotros a lo largo del camino. Dios es esa clase de líder, y si Él que conoce nuestro futuro es quien nos proporciona nuestra agenda y va con nosotros tendremos esperanza ilimitada.
Claro esto no significa que no tendremos dolor o problemas, sino que Dios siempre nos ayudará a llegar a un final glorioso.