Qué bueno, es saber que todo lo que hacemos para Dios no es en vano. Y es que una sonrisa, una palabra de ánimo, una pequeña oración, o una muestra de fe en medio de la prueba, puede ser de bendición para todos aquellos a quienes conocemos. Cuando tú y yo servimos al Señor, no existe tarea o acto de amor demasiado insignificante.
No dejes de hacer la obra que Dios te encomendó.
OREMOS
Padre, gracias por pensar en mí y usarme para bendecir la vida de otros. Amén.
FRASE
Haz lo que puedas con lo que tengas y deja los resultados en manos de Dios.