A través de Jesús, Dios no solo nos ofrece empezar de nuevo, sino que trabajará en nuestro interior para transformar nuestro corazón mientras le seguimos.
¡Qué bueno que es nuestro Dios! Pues cuando estábamos perdidos y escondidos en nuestro pecado, Dios se acercó a nosotros, nos encontró y nos dio una vida nueva.
OREMOS
Señor, gracias por buscarme y acercarte a mi vida para transformarla. Amén.