La ansiedad genera angustia, inquietud y preocupación en nuestro ser. Es en ese instante donde debemos demostrar que en verdad confiamos en Él y que su Palabra es el manantial que nos refresca y alienta cada día. Es el momento preciso para aprender a descansar en sus todas sus promesas.
Pedro nos exhorta a echar toda nuestra ansiedad sobre Él, porque siempre tendrá cuidado de nosotros.