Al rendirnos ante Jesús, podemos estar seguros de que hemos podido encontrar la gracia redentora de Dios. Y es que fuimos creados para glorificar y honrar el nombre de nuestro Señor, cree en Él. Si le has dado tu corazón a Jesús, no temas ante ninguna de las dificultades que enfrentes, pues Dios jamás te abandonará.
La muerte de Jesús es la prueba del amor de Dios, por esta razón es que es imposible que alguien nos pueda separar de Él.