Es asombroso conocer personas que aún no entienden la fidelidad de Dios, y que no se interesan por reconocer que el Creador de este mundo les ha dado todo lo que poseen, empezando por la misma vida. El Señor no aborrece a los que tiene riquezas, sino a los que ponen sus riquezas en el lugar que le corresponde a Dios.
Él, que nos ha dado todo lo que tenemos, es quien nos pide que lo administremos correctamente.
OREMOS
Señor, gracias por todo lo que me has dado, ayúdame para ser buen administrador. Amén.