Hay circunstancias en nuestra vida diaria donde la oscuridad parece prolongarse minuto a minuto, cosas como enfermedades, ataduras del pasado, violencia, hijos que se han alejado de Dios, desempleo, etc. Pero confía en Aquel que prometió estar contigo cada día y cuidarte, incluso contra toda la esperanza humana.
Dobla tus rodillas, no te desanimes y sigue con la esperanza puesta en quien te ama eternamente.