Las tentaciones a menudo son fuertes, porque apelan a sus ansiedades. Así que no permita que sus desilusiones y reveses le lleven a pecar, antes confié en que Dios puede cumplir su palabra y lo hará.
Por eso, cuando sienta el deseo de pecar, conquístelo, buscando al Salvador, Él con certeza le enseñará cómo poder vencer toda tentación.