El ser indiferente nos ciega y ensordece a la voz de alerta de Dios. Sin embargo, en la Palabra de Dios hay esperanza, ya que cuando decidimos cambiar la dirección de nuestra mirada hacia Él, encontramos un oasis en medio de toda la confusión que llega a nuestra vida.
Busquemos aumentar la confianza en Dios, sabiendo con seguridad que estaremos firmes si estamos junto a Él.