En la carrera de la fe, debemos seguir hasta el final, ya que al llegar a la meta recibiremos el premio directamente del Señor. Además, Dios nos ha provisto la mejor ayuda para avanzar y también en quién apoyarnos, Jesucristo, el cual nos lleva de la mano hasta que alcancemos la tan anhelada meta, la eternidad con nuestro Señor y Salvador.
Así que nunca olvidemos las palabras del apóstol Pablo: “Corre de tal manera que la obtengas”.