La sabiduría y la inteligencia no son lo mismo. La sabiduría comienza con el reconocimiento respetuoso de Dios, y se hace patente según crecemos en el conocimiento de Él. El temor del Señor es la sabiduría y el apartarse del mal, la inteligencia.
Somos verdaderamente sabios cuando reconocemos el poder, la grandeza y el amor del único y gran Dios al cual alabamos y adoramos.