Hay ocasiones en la vida en las que, al estar ante una situación difícil, muchos levantan la voz y emiten palabras que no deberían. Algunos en medio de su desesperación culpan a Dios, sin lograr comprender que nada de lo que digan aliviará su sufrimiento.
Y aunque en este mundo enfrentaremos luchas, podemos estar seguros de que Dios siempre nos va a guiar con Su mano amorosa, para que recordemos que Él es Dios y no hay nadie como Él, y que todo está bajo Su control.
OREMOS
Padre, en medio del sufrimiento ayúdame a reconocer que sigues siendo Dios y cuidas de mí. Amén.