Permita que el Espíritu Santo le guíe y le convenza de cualquier cosa que no le agrade a Dios. Entréguele todo a Él y despréndase de todo aquello que le inquieta y entorpece.
Hoy le invito a depositar su carga sobre Él para que no seas piedra de tropiezo, sino que, por el contrario, puedas buscar ser de bendición en vez de ser obstáculo en el crecimiento espiritual de otros.