La fuerza de voluntad no basta para vencer los impulsos pecaminosos, así que si quiere luchar contra toda tentación, tendrá que hacerlo como lo hizo Jesús, con la Palabra de Dios. Recuerde que usted es una nueva criatura en Cristo, plenamente amada, aceptada, segura y limpia; y que las Escrituras son su mejor defensa contra la tentación.
Permita que la verdad le haga libre y le dé la victoria.