Querido amigo y amiga, usted puede ser una persona de oración eficaz y poderosa, así que no se rinda ni deje que los sentimientos de derrota o de duda le cieguen. Por el contrario, sea fiel a Dios en la intercesión, librando sus batallas de rodillas y confiando en Él.
El Señor oye y ciertamente responde a nuestras oraciones.