Los creyentes en Cristo sabemos que la única persona en la que podemos depositar nuestra confianza absoluta es en el Señor Jesucristo. Sin duda pasaremos por momentos difíciles, pero si confiamos en Él saldremos victoriosos de cada situación que se nos presente.
Si edificamos nuestra vida en los principios de la Palabra, seremos como un castillo fuerte en el que podremos combatir el pecado y vivir espiritualmente bien en Cristo.