Como creyentes creemos que todas las promesas que nos da el evangelio se cumplirán, esa es la esperanza viviente. La esperanza viviente a favor de los creyentes es que donde está el Señor, nosotros también estaremos con Él en la eternidad. Cristo en nosotros es la esperanza de gloria.
El salmista vivió tiempos como los nuestros, y escucha lo que creía: “mi esperanza está en ti, alma mía, en Dios solamente reposa, porque de Él es mi esperanza…”