Cuando confesamos nuestros pecados con humildad y arrepentimiento, Dios es fiel y justo para perdonarnos de toda maldad. Cuando estés experimentando tentación, piensa en la cruz, piensa en Jesús muriendo por el pecado que estás contemplando en ese momento. En la guerra contra Satanás, la meta de todo cristiano es poder recuperar nuestros pensamientos y llevarlos cautivos a Cristo.
Dios quiere que hoy mismo puedas presentarte ante Él y le pidas que te examine y te muestre el pecado que hay en ti.