Los creyentes que alimentan su vida de la fuente divina, del poder del Dios único, tienen salud para enfrentar y derrotar las trampas del enemigo. Saciemos nuestra hambre y sed con los alimentos que nos llegan del Señor, pues todo lo que viene de Él es bueno y saludable para nuestra vida.
Por eso, bienaventurados aquellos que buscan el alimento que Dios ofrece, pues así nutrirán su vida espiritualmente.
OREMOS
Señor, que bueno es saber que puedo acercarme a Ti y beber de la fuente de vida. Amén.
FRASE
Él apaga la sed del sediento y sacia con lo mejor al hambriento.