Señor, gracias por la vida que nos das, este es un hermoso regalo que no merecemos, pero que en tu bondad hemos recibido. Que esta gran verdad salga siempre de un corazón que comprende que la vida vale más que la comida y el cuerpo más que la ropa.
Por eso hoy y siempre demos pasos por el camino del agradecimiento y vivamos la vida a plenitud.