A veces el no soltar algo es lo que nos lleva a la muerte. Y es que todos tenemos la tendencia de aferrarnos a las personas, a ciertas vivencias, a los espacios físicos y sobre todo a cosas que quizá ya no sirven. Pensamos que es mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer.
Pero hoy tienes la oportunidad de soltar eso y poner toda tu confianza en Dios, quién realmente sabe lo que es mejor para ti.