Los amigos auténticos son un regalo de Dios porque ejemplifican al amigo perfecto, el cual permanece fiel en días buenos, malos y feos. Tal como nos recuerda el Señor: “No te dejaré, ni te desampararé”.
Envía este devocional a tus verdaderos amigos y agradéceles su amistad, pues son un regalo de Dios.