A veces, cuando el dolor o el silencio se entrometen en nuestras relaciones, pareciera que la solución está fuera de control. Pero, como no lo dice el apóstol Pablo, tú y yo hemos sido llamados a buscar la paz y la unidad a través del Espíritu Santo. ¿Cómo logramos esto? Pues vistiéndonos de bondad y humildad.
Es tiempo de crear puentes que nos unan, demostrando el verdadero amor de Dios para con los demás.
OREMOS
Señor, ayúdame a caminar, practicando la paz en todo momento y en todo lugar. Amén.