CUIDADO CON LA ARROGANCIA

ROMANOS 12:3

Jactarme de lo que soy, mi profesión o estudios de lo que hago, no es más que necedad, pues todo logro y oportunidad no fue por el azar, al final Dios fue quien lo permitió. Tampoco fue por nuestra fuerza o inteligencia, sino por el amor y la misericordia de Dios, ya que nos dio la vida y dispuso de todo para nuestro favor. Dejemos a un lado la autopromoción y el exaltarnos desmedidamente, pues es de Dios que recibamos la inteligencia y fuerza para vivir.

Y es para Él y por Él que nuestros actos toman un verdadero sentido, así que si hemos de sentirnos orgullosos que sea en conocerlo y en obedecer su Palabra. 

OREMOS

Padre, perdóname mi arrogancia y mi orgullo. Que todo sea siempre para tu gloria y para tu honra. Amén.

FRASE

Mientras sigas sembrando orgullo, seguirás cosechando pérdidas.

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