A dos días de que culmine este año, quiero invitarle para qué actué como lo hizo Job, aquel hombre que a pesar de perderlo todo y sin haber hecho nada malo, dio gracias a Dios con humildad. Aprendamos a agradecer en las buenas, pero también en las malas, ya que estas experiencias dejan una enseñanza que nos servirán para crecer y valorar lo que tenemos y no.
Termina este año con un corazón agradecido.
OREMOS
Padre, aunque muchas veces no comprenda las cosas, quiero darte gracias por todo lo que has hecho por mí. Amén.