En ocasiones, nuestra impaciencia nos lleva a pensar que quizás Dios se olvidó de nosotros. Sin embargo, debemos recordar que sus tiempos son perfectos y aunque no siempre coinciden con nuestros planes, su sabiduría es superior a la nuestra y su amor es incalculable.
Así que si el Señor te ha prometido algo, confía en Él, porque realmente lo hará, y esto no lo digo yo, lo dice su Palabra, pues Dios no es hombre para que mienta. ¡Confía hasta el final!
OREMOS
Señor, mi confianza está puesta en Ti, y tengo la seguridad de que veré tu promesa cumplida. Amén.
FRASE
La fe reconoce que Dios siempre cumple lo que promete.