El cuidado de Dios por nosotros se extiende aún en los detalles más pequeños de nuestra vida. Él sabe cuando sufrimos y anhela consolarnos. La compasión del Señor es continua, personal y está siempre a nuestro alcance.
El consuelo y el cuidado de Dios, son más que suficientes para ayudarnos a superar cualquier dolor.
OREMOS
Señor, gracias por la promesa, de que estarías con nosotros hasta el final. Amén.
FRASE
Cuando Dios permite las pruebas, también provee consuelo.