El dolor físico y emocional puede parecerse a un enemigo agresivo, y quizás queramos rendirnos o desear poder escapar, cansados y sin poder ver que la batalla termine.
Pero como David podemos prender a confiar en la ayuda del Señor y su presencia constante y amorosa.
OREMOS
Señor, gracias por darme paz en medio de mis batallas y así ayudarme a perseverar. Amén.
FRASE
El fruto de tu perseverancia los verás en tu cosecha.