Dondequiera que vayamos en esta tierra, Dios estará ahí, para guiarnos, para fortalecernos y para consolarnos. Nunca podremos ir donde Él no esté, y aunque no le veamos, tenemos la seguridad que está en todas partes, y en cada prueba que enfrentamos.
Esta es una noticia increíblemente buena y esperanzadora para nuestro corazón.