Un corazón alegre está siempre en paz, satisfecho y confiado en que Dios hará siempre lo mejor.
Con esta clase de corazón podemos reaccionar ante las diversas circunstancias con una sonrisa franca que invite a los demás a abrazar la esperanza y la paz que solo se puede experimentar en Dios.
OREMOS
Señor, que todo lo que haga en este día, refleje el gozo que hay en mí corazón. Amén.