Cuando aceptamos a Jesús como nuestro Salvador, nos convertimos en hijos de Dios. Y aunque la vida será exigente con nosotros, podemos tener la seguridad de que nuestro Señor nos proveerá de todo lo que necesitamos.
Como lo expresa el reverendo David P. “Cuando pescamos para nuestro Padre, podemos depender de su provisión”.
OREMOS
Señor, gracias por proveer cada una de mis necesidades, sé que puedo confiar en Ti. Amén.