El Señor es fiel a su Palabra y sus promesas siempre se cumplen. El mismo Dios que hizo milagros ayer, lo sigue haciendo hoy y mañana también. ¿Con qué estás alimentando tu fe, mientras esperas con paciencia en su respuesta?
Los hombres te podrán fallar, pero Dios no, y lo que Él te ha prometido tus ojos lo verán cumplido.