Hoy, ofrézcale al Padre un sacrificio de acción de gracia, al considerar todas aquellas bendiciones que el Padre le ha dado, llenando su corazón de gran gratitud y alabanza. No solo por lo que Dios ha hecho por usted, sino por lo que Él continuará haciendo en el futuro.
Así que disponga su corazón y espere que Él le honre por exaltar su nombre.