Ven y adora a Jesús, quien resucitó y está sentado a la diestra del Padre intercediendo por ti. Búscale hoy en todos tus caminos y ese nombre te guiará por sendas de rectitud. Nunca lo pronuncies en vano. Ese nombre es santo y sin igual.
Decláralo a los débiles y encontrarán fortaleza. Dilo a los enfermos y encontrarán sanidad.