Las mayores bendiciones de Dios están reservadas para sus hijos que lo aman, y el Padre no limitará sus bendiciones, las cuales sobreabundaran ante nuestra necesidad. Él desea que todos los que nos sintamos cargados, acudamos en Su búsqueda para otorgarnos un caudal de su amor divino hasta que nuestra vida rebose del gozo que produce la comunión íntima con el Padre.
Cada bendición del Señor engrosará la salud de nuestra vida espiritual.
OREMOS
Gracias Padre, por todas las bendiciones que me concedes día tras día. Amén.