Querido amigo (a), ¿puede percibir como la presencia del Señor le trae paz? Él es la estabilidad interna, la seguridad y el consuelo que nunca le abandonan.
Las tormentas tal vez rujan a su alrededor, pero usted siempre podrá animarse porque aquel que ha vencido al mundo mora también en usted y lo defiende.