Tristemente, el versículo de hoy ilustra que lo que Dios le dijo a Adán fue oído, pero obedecido. Y es que el escuchar de verdad tiene una compañera muy esencial, la obediencia. Comprenda que cada mandamiento de Dios es una expresión del amor divino para usted. Él quiere protegerle y preservar su vida para que pueda disfrutar de todas las bendiciones que tiene planeadas para usted. Adán y Eva no lo entendieron y el mundo todavía está pagando por eso.
No cometa el mismo error y obedezca.