El día que sea llamado a comparecer ante la presencia del Señor, todo lo demás, incluso los problemas que hoy le abruman, serán pequeños e insignificantes en comparación.
Usted puede disfrutar de un vistazo del cielo aquí y ahora, solo debe entrar en la presencia de Dios con un corazón agradecido y lleno de adoración al meditar en la bondad que Él le da.