Mediante las pruebas, dificultades y adversidades, hombres y mujeres han aprendido los caminos de Dios. Muchos hallaron que el amor del Señor nunca cambia y que Él es completamente digno de confianza.
El amor de Dios fortalecerá su alma en tiempos de angustia, independientemente de las pruebas, pues Él es inconmovible.