La mejor manera de reconocer la voz de Dios es llegando a conocerle a Él. Así que dedíquele tiempo a su Palabra y sumérjase en su verdad, porque al hacerlo distinguirá entre la dirección de Dios y los mensajes que el mundo, el enemigo o su carne le están dando.
Usted conocerá la voz del Señor y con seguridad Él le dirigirá en cada paso.